The Silence of Everything

“Siempre me consideraron rara en mi colegio, siempre tuve buenas calificaciones y fui la mejor los años anteriores. Desde que tengo uso de memoria me ha gustado el profesor Philliph, el están guapo, tan varonil y correcto… pero desde el comienzo supe que algo entre el y yo seria completamente imposible, no porque el fuese un profesor y yo una alumna sino por mi vida alterna, yo le debía rendir cuentas a Javier quien es mi amo, es a quien le debo mi vida y todo o bueno que me ha sucedido en la vida. Javier es un buen sujeto, solo que con pasatiempos muy distintos al de los demás, el sometía sexualmente a muchas chicas y a otras las prostituía claro que a todas ellas les gustaba ese tipo de cosas, Javier no es un hombre malo. El problema que yo también era una de sus esclavas, pues y como no serlo a el le debía todo lo que soy, mas aun mi vida así que con gusto le servia y obedecía en lo que el me ordenase. Yo quiero mucho a Javier pero siempre trate de ocultar mi condición frente a mi querido profesor, escondía mi collar con alguna bufanda y siempre intente sobreponerme a las muestras de autoridad de otros. El profesor siempre daba trabajos muy difíciles en su materia, la Física… Menos mal que era en la clase que mejor me iba, por que yo notaba que a aquellos alumnos que no estaban atentos en su clase o no respondían como el exigía, los marginaba, para el no existían; Generalmente eran malos alumnos y matones. El no les temía siempre que habían problemas o alguno lo amenazaba el siempre tenia las palabras correctas, las cuales siempre eran acompañadas por un proceder del mismo tipo.

En ocasiones cuando mi amo me ordenaba atender algún amigo de el o simplemente me prostituía, solo aceptaba sus ordenes y después con mucho esmero me lavaba completa, no quería que mi amado profesor descubriera la clase de chica que soy.

Aquellos ojos, siempre cubiertos por una nube, en mis sueños lo imaginaba como un príncipe de ojos vendados que me iba a buscar al bar y le pedí mi mano a Javier. Se que es extraño y muy ilógico pero así lo imagine. Por cada libro que leía asociaba su personaje principal a el, el fue mi Chacal, mi Damián, aquel pedro cantor de Isabel allende, entre muchos otros.

En cada clase daba lo mejor de mi y siempre intente ser la mejor, pero hubo quien me dificulto muchísimo aquel trabajo fue su hijo Drako, pero que le podía hacer, era su sangre, su genio, no pude competir contra el…

Hasta aquí mi fantasía era perfecta, pero mi ángel de ojos nublados se convirtió aquella noche en un demonio.

Como siempre después de clases me cambie de ropa y me puse el atuendo que Javier ordenaba y viaje como siempre lo hacia, con Javier, era la única de sus esclavas que podía hacer eso, quizás por eso era tan especial. Llegamos al bar de siempre, el lugar estaba lleno y habían muchas personas, entre esclavos y amos.

-Subaru, sal afuera linda hoy te toca trabajar- Dijo Javier.

A penas el escuche, obedecí. Apenas me asome Javier me ordeno ir a un cubil, allí por lo general habría algún cliente o amigo de mi amo Javier que deseaba un poco de placer o simplemente conversar, aunque esto ultimo solo me sucedió un par de veces.

Me despedí de Javier con un beso en la mejilla, el me devolvió una sonrisa y camine apresurada hacia el cubil, a mi paso podía ver chicas en el suelo completamente cubiertas de fluidos, habían orgías, esclavas lamiéndole los pies a sus amos. Llegue frente a la puerta y al abrirla el estaba allí, fumando un cigarrillo. Sentí como se detuvo mi corazón y como perdía el equilibrio, sentí que me tomaron del brazo, gire mi cabeza y era el! su rostro, sus ojos allí estaba el,¿ pero que hacia en un lugar así? Fui ingenua...

-¿Estas bien mi pequeña Subaru?-. Asentí con la cabeza

- Entonces mi pequeña quítate ese traje-. Tan solo le mire fijo, no me lo podía creer, estaba demasiado sumida en mi decepción. El se acerco y comenzó a quitármelo, me desnudo y empujo fuerte sobre el suelo, sentí que tomo mis caderas, separo mis piernas y me penetro fuerte… Como hubiese deseado que mi dolor fuese físico, pero no lo fue me pareció eterno, hasta que sentí su calor dentro de mi. Me tomo de un brazo y me dio vueltas, me dio una bofetada no muy fuerte

-¿Qué te pasa mujer?, Javier me dijo que eras lo mejor que tenias, pero como vas…-

Me tomo del cabello y me acerco a su pene así que me esmere lo mas que pude en atenderle, en demostrarle que si era la mejor de Javier, mientras sangraba por dentro.

Cuando se acabo de utilizar mi cuerpo, me beso la frente y se retiro. Tome mi traje y me asome hacia fuera, Javier no estaba así que fui muy rápido hacia las duchas, me bañe rápido y salí del lugar viajando lo mas rápido que podía, llegue a mi escondite y solté mi llanto el cual era acallado por los gritos de los culpables que el Márquez del lugar castigaba.

Volví como siempre, el solo me sintió y ni siquiera supo como yo me sentía, paso mucho tiempo e el cual solo salí para ir al colegio y poder olvidarme completamente de mis deberes de estudiante. Egrese y aun cuando le veo y no siento nada, mi corazón ya dejo de sentir, ni siquiera siento el dolor, ni la felicidad, por ello dormiré dentro de Javier hasta que mi dolor haya pasado”